sábado, 22 de junio de 2013

Nota Alvaro Cueva: PORQUE EL AMOR MANDA es una de las telenovelas más perfectas de los últimos años

PORQUE EL AMOR MANDA

Me encanta la gente de espectáculos de Televisa que, a falta de argumentos, lo único que puede decir de todos los finales de sus telenovelas es que estuvieron buenísimos.

¿Buenísimo qué? Mejor digan la verdad: desde la perspectiva del chisme, que es la que buscan, no hay nota.

¿Qué puede tener de emocionante una boda telenovelera a estas alturas del siglo XXI? ¿Qué puede tener de picosito un beso?

Nuestra televisión abierta, en ese afán por estirar las cosas, ya la quitó el sabor a sus producciones y este asunto de acabar las telenovelas en domingo, es un abuso.

Es obligar a alguien que ve un producto de lunes a viernes, a cierta hora, a que vea su desenlace cuando los empresarios quieran, y es obligar, a quien de manera natural estaba ahí en otro punto de la semana, a sintonizar algo que probablemente ni le interese.

Y nos lo hacen con las telenovelas, con el futbol, con las comedias, y ahí estamos, siguiéndoles el juego en lugar de exigir nuestros derechos.

¿Por qué le estoy escribiendo esto? Porque el domingo terminó Porque el amor manda y a la mañana siguiente yo esperaba los grandes comentarios en la tele pero, no, los especialistas se quedaron en un discurso como de otra época.

Y lo peor de todo es que Porque el amor manda es una de las telenovelas más perfectas de los últimos años.


Si usted quiere entender de qué trata este negocio en la televisión abierta de hoy, estúdiela. Ahí están todas las nuevas reglas. Todas. Juan Osorio nos regaló un material como para disección universitaria.

Porque el amor manda no es un melodrama a la antigüita, es un espectáculo seriado popular, coral, familiar, multiplataforma que a través de la trasgresión, incluso de cuestiones de género, nos mandó un mensaje de superación y perdón sin descuidar la parte del entretenimiento.

Sí, tuvo muchos guiños hacia el público, pero fueron a propósito. ¿Puede haber una ruptura más gloriosa que decirle a la gente, por ejemplo, que una boda va a ser en diez minutos? ¡Esto es nuevo! ¡Es genial!

Señores: ya no podemos seguir hablando de las telenovelas como en 1981.

Esto, más allá de los finales dominicales, ya cambió, y por perder el tiempo con tonterías estamos haciendo a un lado análisis que en cualquier otra parte del mundo serían fundamentales como el de Porque el amor manda. ¿O usted qué opina?

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