Interesante artículo del Sr. Alvaro Cueva sobre las telenovelas, en general. Se reproduce aquí la nota por la clara alusión a Porque el amor manda.
Si desean ver la nota publicada aquí tienen el link
Esta copia es únicamente para uso personal sin fines de lucro
2012 y las telenovelas
El pozo de los deseos reprimidosÁlvaro Cueva
2012-12-27
Pocas cosas pueden ser más fáciles que hablar mal de las telenovelas.
¿Por qué? Porque se ve bien que uno lo haga, porque cuando uno le tira tierra
a esta clase de programas, queda como inteligente, como intelectual, como una
entidad superior.
Por eso hay tantas personas que gozan burlándose de las telenovelas, porque,
¡pobres!, es lo único que tienen para sentirse bien, para sentirse más.
La verdad es que estamos viviendo una de las revoluciones telenoveleras más
fantásticas de la historia y que 2012 será recordado como un año particularmente
importante, glorioso.
Sí, vimos un montón de telenovelas chatarra por parte de las grandes
corporaciones nacionales como Televisa y Azteca, pero también tuvimos el
privilegio de poder sintonizar melodramas de otros niveles como los de Argos,
Cadenatres y MTV.
Y si nos vamos a los medios públicos, en 2012, como nunca, no es que se haya
hecho una telenovela, se hicieron dos: Mucho corazón del estado de
Chiapas y Aprender a vivir de uno de los brazos más poderosos de la
SEP.
Desde los tiempos de Margarita López Portillo (1976-1982) que no veíamos algo
parecido y, todavía mejor, nunca en la historia de la televisión mexicana lo
habíamos visto con una televisora que no fuera del Distrito Federal. ¡Bravo,
Chiapas! ¡Así se hace!
Por si todo esto no fuera suficiente como para echar las campanas al vuelo,
los televidentes mexicanos tuvimos acceso a lo mejor de las telenovelas de las
cadenas hispanas de Estados Unidos y de las televisoras más importantes de
países como Corea, Argentina y Brasil a través de diferentes sistemas de
televisión de paga y de Internet.
A propósito de Internet, 2012 fue un periodo fundamental para los creadores
de telenovelas, porque equipos como el de La bastarda, Ana la chica
bolera coexistieron y hasta se midieron de igual a igual con compañías como
Televisa, que ya le entraron a esto desde una perspectiva más formal con títulos
como Te presento a Valentín.
Si para usted haber visto telenovelas durante el año que está por terminar
solo fue sintonizar títulos como Amores verdaderos y La mujer de
Judas, pues qué pena me da su caso porque se perdió de lo mejor.
¿De qué? De obras maestras como Infames y Pablo Escobar, el
patrón del mal, de ejercicios prodigiosos como Último año y
Lovers, y de maravillas como Rosa diamante y La
promesa.
Solo era cuestión de cambiarle de canal, de invertir una cantidad mínima en
contratar algún cable, alguna antena directa al hogar o ya, en el peor de los
casos, de encender la computadora y navegar por Internet.
Ahora, tampoco vaya a pensar usted que 2012 fue un año mugre para las
producciones de Televisa y de Azteca. ¡Para nada! Hubo de todo y si algo
hicieron sus ejecutivos fue evolucionar.
Si usted analiza con detenimiento la mayoría de los títulos que millones de
personas vimos a través de El Canal de las Estrellas y Azteca 13 en los últimos
12 meses, va a encontrar aportaciones fabulosas.
Las telenovelas que nos han estado presentando ya no son tan convencionales
como las de antes, son como pequeñas grandes series.
¿O qué, Los rey se parece mucho a Rosa Salvaje, A
corazón abierto tiene la misma estructura de María la del barrio y
Qué bonito amor luce como El premio mayor?
México forma parte de los más atractivos movimientos telenoveleros del
planeta y donde más se nota es en la parte de los contenidos.
Independientemente de que se cometieron errores y de que con emisiones como
La ruta blanca demostramos que estamos tan politizados como cualquier
lugar del planeta, ahora no metemos con cuestiones tan delicadas como las de
género.
Lo que se dijo en Por ella soy… Eva y lo que se está haciendo en
Porque el amor manda es histórico, importantísimo, increíble.
La razón es muy simple: Rosy Ocampo y Juan Osorio, sus productores, están
invitando a la gente a que reflexione sin dejar de hacer una telenovela, sin
dejar de jugar con los elementos populares, sin dejar de tener éxito, sin
traicionar a nada ni a nadie.
Esto es como para ponerles un monumento porque es muy sencillo hacer esta
clase de cuestiones desde una perspectiva intelectual, pero hacerlo desde la
perspectiva de la más humilde de las telenovelas requiere de un valor y de una
inteligencia que no cualquiera es capaz de tener.
Sí, en los últimos dos semestres de hicieron muchos refritos de muchas
historias muy malas y muy viejas y se compraron muchas cosas, algunas
particularmente raras, en el extranjero, pero también se creó, también se
creció.
Hablar mal de las telenovelas es muy fácil. Usted sabe con lo que se queda.
Usted conoce, mejor que nadie, sus necesidades.
Yo lo único que le puedo decir es que 2012 fue un gran año para los que
amamos este negocio y que espero que 2013 venga mejor, mucho mejor.
¡Felicidades!
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